Esta vez, el protagonista en vez de alegrarse por un palo, se nos desmadra por un plátano. El joven, recibió su regalo anual de cumpleaños y se puso tan contento que dio saltos (literalmente) de alegría. Esta reacción me resulta bastante familiar, ya que la podríamos contrastar con la campaña que lleva acabo Coca Cola (Limón & Nada) donde observamos la sencillez de los juguetes.
Coca Cola quiere que en este momento de la historia donde la tecnología es el "number one" de todo, volvamos a recordar esa niñez que tu y yo tuvimos. Esa niñez donde corríamos por la calle jugando al Pillar, esa niñez donde quien tenia un palo era el "Harry Potter" de la época, esa niñez donde quien poseía una piedra podía jugar a Las Chinas, o esa niñez donde jugábamos a muchísimos juegos sin necesidad de Internet, IPhones o juguetes tecnológicos como hoy en día.
Querido lector, le propongo un reto: reflexione sobre cuántas veces a jugado a juegos como estos este año, y por cada semana que no haya jugado a ninguno, done 1000 euros a una ONG. ¿Cuanto dinero ha donado solamente este año? ¿Se ha arruinado ya? Esta reflexión se la propongo para hacerle ver que hoy en día tanto los niños como la juventud están inmersos en un mundo tecnológico, el cual aisla del verdadero mundo (nuestra familia, nuestros amigos, nuestros seres queridos).
Querido leyente, seamos como este niño que sabe apreciar un buen regalo y no nos sumerjamos demasiado en el mundo tecnológico.
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