domingo, 16 de marzo de 2014

Cigarrillos electrónicos, ¿solución o problema?

La siguiente noticia nos trae el tema de los cigarrillos electrónicos o también los llamados e-cigs, propagados en los últimos meses con gran intensidad en el centro de las ciudades y lugares de paso. Los e-cigs están dando mucho de que hablar debido a que afectan a la salud personal, pero también a la pública. Su uso pone en peligro muchos de los avances más preciados logrados recientemente en la prevención y control del tabaquismo en nuestro país. Muchos jóvenes y exfumadores se pueden ver animados a probar estos productos, al ser atraídos por los sabores y la falsa imagen de seguridad que intentan transmitir.

Probablemente algunos de ustedes ya hayan probado estos cigarrillos, no se si antes de eso, se han informado bien sobre los efectos que tienen o si no son buenos para la salud. Los e-cigs liberan determinadas dosis de nicotina sin mediar combustión, sino a través de un proceso de calentamiento de una resistencia eléctrica que genera vapor, pero una cosa es hablar de un producto lúdico y otra muy distinta de un producto sanitario. Esto se puede considerar así, debido a que la nicotina que libera es tóxica para el corazón y el cerebro por su efecto indeseable en la frecuencia cardíaca y en las arterias.

Además, no veo bien que cada vez sea más común la publicidad engañosa de dichos dispositivos, ya que son presentados como un producto saludable o como un método "milagro" para dejar de fumar, siendo esto totalmente falso. Primeramente, se sabe que puede causar neumonía grasa (lipoidea) y a largo plazo se pueden dar efectos impredecibles dado que contienen productos carcinógenos. Por otra parte, dos de cada tres usuarios lo utilizan junto a los cigarrillos convencionales y no como sustitutos de ellos, por lo que se podría decir que su efecto no es el esperado, puesto que 

Me gustaría aconsejar a todos aquellos que los usan que se informen bien y sigan el consejo de la Organización Mundial de la Salud, que dice que los consumidores se deberían abstenerse a utilizarlos hasta no ser demostrado que son productos seguros, eficaces y de una calidad aceptable. De este modo, se debería prohibir su venta a menores, su publicidad y su uso en espacios públicos cerrados, destacando la débil regulación aprobada por el Parlamento español que solo ha servido pata aplazar los problemas y cometer los mismos errores de épocas pasadas en el tema del tabaquismo.

Para terminar, los consumidores de dicho producto pueden disponer de otras alternativas, como los parches, chicles,...,   




1 comentario:

  1. Como fumador que me considero reconozco que he probado este nuevo invento.
    Mi experiencia con el vapeador ha sido con la intención de dejar de fumar, experiencia que ha durado más de un mes sin un cigarro convencional y que se ha visto alterada por mi falta de voluntad y un estrés mayor producido por los estudios.
    Lo primero que me enamoro del vapeador fue su sinfín de sabores, la mayoría bastante bien conseguidos, melón, sandia, fresa, menta (especialmente menta, parece que acabas de masticar varios chicles mentolados) y que no te dejan ningún olor en la ropa o en las manos.
    Lo más molesto de mi experiencia con el vapeador es la duración de la batería, aunque te acostumbras a llevar encima siempre el cargador y a aprovechar cualquier momento para cargarlo.
    Evidentemente estos cigarrillos electrónicos no son un producto milagroso porque lo único que pueden hacer es ayudarte a dejar de fumar, pero tú debes hacer un gran esfuerzo porque si no quieres dejar de fumar esto no lo va a conseguir, lo que determinara si consigues o no consigues dejar de fumar será tu fuerza de voluntad al decir que no a un cigarro convencional.
    Otra gran ventaja de estos productos es que puedes ir reduciendo la cantidad de nicotina que vapeas, ya que existen varios líquidos con diferentes proporciones de nicotina.
    Lo más difícil de dejar de fumar no es el “mono biológico” que te produce la falta de nicotina, sino el psicológico, ese si es verdaderamente difícil de quitar, seguramente nunca consigue acabar con él. Cualquier fumador puede corroborarme y sabe muy bien el gusto que da beberse un café y fumarse un cigarrillo después.
    Como conclusión a mi aportación a la noticia de mi compañera es que los nuevos cigarrillos si son útiles, pero necesitan una fuerte fuerza de voluntad por parte del fumador para poder conseguir dejar de fumar.

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