Un cerebro sin ataduras

¡Saludos, compañeros! Después de tanto tiempo sin escribir por aquí, me he topado con una noticia que supera la ficción. El pasado miércoles  Mara Dierssen, del Centro de Regulación Genómica de Barcelona y presidenta de la Sociedad Española de Neurociencia, dio una interesante respuesta en la conferencia con el título '¿Es posible tunear el cerebro?'

El cerebro humano codifica una muy pequeña parte de la realidad, sin embargo ya hay experimentos que corroboran que el cerebro humano puede ampliar sus fronteras sensoriales. 

Dierssen se basa en que debido a la plasticidad del cerebro humano, éste puede aprender a interpretar señales de luz infrarroja, o incluso del campo magnético como hacen las aves. Con estos avances se podrá sustituir sentidos dañados, caminar con la mente, ver en la oscuridad o transmitir palabras con la mente.

Claramente conseguir todos estos avances, marcaría un antes y después en la ciencia y el la historia del ser humano. Sin embargo me preocupa pensar cómo y para qué se emplearían estos avances. Es obvio que estaría genial poderle devolver la visión a un ciego de nacimiento, o que un sordo pueda volver a escuchar, pero ciertamente me da la sensación de que se busca un futuro robótico, perdiendo así la  imperfección que nos caracteriza. 

Me da vértigo imaginar pues que en un futuro tengamos ''cerebros a la carta'' superando así la ciencia ficción, que los científicos y la ciencia sobrepasen la naturaleza y la vida entendida como hoy en día.  De hecho, estos avances se meten en terreno de la moral científica y me recuerdan a la obra literaria de la escritora Mary Shelley: Frankenstein en la que un científico buscando el poder divino decide crear la vida. La rebelión de esta criatura es entendida como una alegoría de la perversión que puede traer el desarrollo científico.

Aunque la ciencia establezca estos logros en un futuro cercano, creo que aun hay mucho por hacer. Y más hay por hacer en buscar cura en enfermedades raras, las cuales no sacan beneficio la industria farmacéutica ni científica y dejarse de crear una realidad de película.

¿Y tú que opinas?