La Policía de Nueva York ha sufrido un efecto bumerán en Twitter. El perfil oficial del departamento lanzó una campaña para mejorar la imagen de los agentes que algunos usuarios de la red social utilizaron para denunciar brutalidad policial. Con la pregunta "¿Tienes alguna foto con un miembro de la policía de Nueva York? " invitaron el pasado martes a los neoyorquinos a fotografiarse y compartir imágenes con los agentes bajo el 'hashtag' #myNYPD (mi Departamento de Policía de Nueva York, por sus siglas en inglés).
Algunos usuarios comenzaron a responder a la petición convirtiendo rápidamente el 'hashtag' con el que se inició la campaña en uno de los más populares en Estados Unidos, pero no con las imágenes pretendidas por el cuerpo de policía sino por instantáneas de detenciones en el que la violencia y la brutalidad eran el protagonista; dando un revés inesperado a la estrategia de comunicación.
Por su parte, la cuenta oficial de la Policía de Nueva York sólo compartió aquellas imágenes que cumplían con sus expectativas y evitó polemizar sobre las acusaciones de brutalidad policial o actuaciones desproporcionadas que denunciaron algunos usuarios.
Estas campañas son empleadas muy a menudo para limpiar la imagen sobre algo o alguien, destacan por ejemplo campañas en internet sobre temas más punzantes como la de el gobierno de korea del sur que mediante su página web ofrece una imagen impecable del estado, cuando se sabe perfectamente que allí sucede todo lo contrario.
Otro aspecto al que es destacable hacer referencia es al uso de las redes y sobre todo, a su importancia. Un caso actual es por ejemplo el de el fuerte ataque contra los países árabes en los cuales se lleva a cabo una política antisemita, cruel y regida por y para su religión, religión a la que, por su puesto se les graba con fuego desde el nacimiento.
En mi opinión esta es una ofensiva contra la policía neoyorquina a la cual se le desprestigia y se le denomina de violenta e incluso arbitraria. Sin embargo, pienso que estas acciones sólo son llevadas a cabo por una minoría, minoría a la que se le debería retirar la placa ya que los policías tienen la obligación de mantener el orden de una manera pacífica y nadie merece ser agredido.
Como solución a la brutalidad policial propongo cortar el problema de la raíz despidiendo a aquellos que se pasen de lo establecido y para que no se extienda reforzar los exámenes de admisión policial, especialmente, el psicotécnico.
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