Seguro que esta es una noticia que no os sorprende. Todos conocemos casos de estudiantes que, de una manera u otra, se han sentido acosados. Esta es una realidad presente en todos los centros educativos. Es un acto de cobardía total por parte de los acosadores. Para empezar, realizan su “trabajo” en grupo y además actúan contra el débil, con lo cual no les es difícil conseguir su objetivo. Pero también sería interesante analizar la actitud de los conocedores de estos hechos y que no intervienen para solucionarlo. Estos también son culpables, pero es más fácil estar callados y seguirles la corriente a los acosadores, por miedo a ser las siguientes víctimas. De esta manera se va aislando a la persona blanco de las burlas hasta hacerle la vida imposible. La labor de los profesores también es importante. A veces simples comentarios muestran el rechazo a ciertos alumnos, que, de producirse ante un profesor, deberían ser cortados de raíz.
La familia es fundamental en la educación de una persona y lo que te enseñan en casa y cómo actúan tus padres son un modelo a seguir. Si aprendiésemos a respetar a los demás y a aceptar a todos como son estas situaciones no se producirían. Pero, por desgracia hay personas que sólo se sienten bien humillando y haciendo sentir mal a los demás. Es una pena, porque esta forma de comportarse demuestra la insatisfacción que tienen con su vida y ponen de manifiesto cómo son.
La empatía es fundamental. Pongámonos en el lugar del otro. Sólo así podremos entender cómo se sienten. No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti.
Luchemos entre todos por acabar con el bullying y con el acaso escolar, por que nadie merece sufrir de esa manera, y nunca habrá motivos suficientes tratar a una persona de esa manera.
Marta Hiraldo Glez.
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