sábado, 17 de mayo de 2014

Detenidos seis chicos por violar durante diez años a su hermana y a sus padres también por permitirlo

Hola a todos, compañeros lectores. Desagradable noticia nos acompaña hoy, tal y como habéis podido leer en el titular, se vuelve a repetir un horrendo suceso que ha dejado a Estados Unidos consternado por una terrible historia protagonizada por una familia numerosa de un pequeño condado de Carolina del Norte. Se trata de unos episodios de violaciones y abusos sexuales sufridos por una menor durante más de diez años a manos de sus seis hermanos y ante la pasividad de sus padres.

El sheriff del condado explicó que Aaron, Benjamin, Nathaniel, Matthew, Jon y Eric Jackson, con edades comprendidas entre los 19 y los 27 años, se enfrentan a un delito continuado de violaciones y abusos sobre su hermana menor, que ahora tiene 16 años y que fue violada desde los 4 hasta los 15 años de edad. Los padres de familia, John y Nita Jackson, de 65 y 54 años de edad, también están acusados por su inacción ante unos hechos que conocían.

Todo salió a la luz cuando el mayor de los hijos, Eric Jackson, de 27 años, confesó a un pastor de una iglesia Baptista lo que había cometido. Tras su confesión, y supuestamente alentado por el religioso, el primogénito acudió a la Oficina del Sheriff de Perquimans, donde de nuevo confesó. Los agentes comenzaron una investigación en la que el resto de hermanos confirmaron los hechos. Cuando el Sheriff y sus hombres acudieron a la casa de los Jackson para hablar con la víctima, los padres se negaron a ello y al parecer, huyeron a Colorado, donde la joven finalmente pudo ser tratada e interrogada y donde confirmó la terrible realidad. 

Según Eric Trilley, los Jackson son una familia "extraña", que optó por no escolarizar a los hijos (y educarlos en el hogar), así como por aislarse del mundo exterior. Los hermanos siguen detenidos mientras que los padres salieron en libertad tras pagar una fianza de 15.000 dólares.

Los acusados de la familia Jackson
Absolutamente triste y desagradable esta noticia. No me cabe duda de que los padres tienen la mayor parte de la culpa de todo lo ocurrido durante diez años ya que permitieron que esto se produjese, y menos mal que uno de los hermanos se confesó ante un pastor evangélico y le contó todo, y éste le animó a que se lo contase a la policía, incluso estoy convencido que el pastor se puso en contacto con la policía para contarles lo sucedido, y luego fueron los hermanos a contarlo. Desde luego que era una familia extraña, porque vamos, que hagan estas barbaridades y que los padres lo supiesen y lo consintiesen es para quedarse con la boca abierta. Además es horrible pensar en el trauma que tendrá la chavala que ahora tiene 16 años, pero que desde los cuatro viene sufriendo abusos sexuales y violaciones por parte de sus propios hermanos.

En mi opinión, hay que estar totalmente enfermo para hacer cosas de este tipo. Una secta, supongo, que ni siquiera estaban escolarizados, además de evitar el contacto con el mundo exterior. La cara de la "madre" en la ficha policial es asquerosa, la peor de todas. Parece satisfecha consigo misma, casi sonríe. Qué asco, y eso que se supone que es su hija, a la que debía proteger como merece cualquier hijo, y presuntamente ha permitido que se la repartan todos los hermanos como si fuese un juguete.  

Sin querer justificar lo ocurrido, que me parece horrendo, teniendo en cuenta que vivían de forma aislada, y que posiblemente a los hermanos detenidos no se les permitía tener ningún tipo de relación sexual con ninguna persona ajena, pues es hasta cierto punto "normal", siempre con muchas comillas e intentando ponerme en el lugar del otro, que hiciesen eso, porque las personas tenemos necesidades sexuales, pero desde luego, que nada justifica esta aberración y desde aquí mi consternación también. Parece que la depravación humana no tiene límites.

Para acabar, el hecho de que los hermanos sigan detenidos mientras que los padres salieron en libertad tras pagar una fianza de 15.000 dólares demuestra claramente que la justicia falla en todas partes. Si los padres sabían y consentían los abusos a su hija no pueden estar en libertad, sino que deberían estar en la cárcel por ser los más responsables de lo sucedido.

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