domingo, 26 de enero de 2014

Una política republicana culpa al matrimonio gay y al aborto de los tornados en EE UU

¡Buenas, compañeros! Hoy me gustaría reflexionar sobre varias noticias que me han impactado bastante. Con ellas, os invito a cuestionaros la sociedad delirante en la que vivimos. Y es que en España tenemos un cardenal que cree que la homosexualidad es una enfermedad que puede curarse, en Hong Kong un padre está dispuesto a desembolsar una millonada al hombre que 'arregle' las preferencias sexuales de su hija, abiertamente lesbiana, y esta última noticia en la que una candidata republicana al Congreso de Estados Unidos por Illinois, Susanne Atanus, afirma que las recientes catástrofes meteorológicas se deben a que Dios está "enfadado" porque "le estamos provocando con el aborto, los matrimonios homosexuales o las uniones civiles". Afortunadamente el presidente del partido republicano ha exigido su renuncia a la candidatura.

Todas estas noticias hunden sus raíces muchos años atrás, y lo que me apena es que aún hoy en día continúen presentes. La homosexualidad esta vigente desde siempre, y la sociedad ha sido la culpable de que aún muchas personas como la política republicana, manifieste abiertamente algo tan desmesurado. Es indudable que su ilógico pensamiento proviene de sus creencias y de lo que sus padres y la misma sociedad le inculcaron desde pequeña. Así, lo que mas me asombra de esta noticia no es su postura ante el aborto o la homosexualidad, sino que crea y transmita a la población manipulable el miedo, un miedo presente desde siempre, el castigo divino. Como ella asegura estamos enfadando a Dios con nuestros actos. No hay nada más ilógico que pensar, que una persona que se enamore de otra de su mismo sexo, sea el culpable de desastres medioambientales. Podría compararse con una persona que no le gusta el fútbol y mantenga que estamos enfadando a dios con su práctica y que se nos avecinan males. Totalmente sin sentido.

Al igual, un padre en lugar de aceptar la condición sexual de su hija, paga a quien sea capaz de enamorarla y evitar así su tendencia sexual. La sociedad condiciona a este padre, que llega a pensar que su hija será mal vista, manchará el nombre de la familia y que más que hacer lo que sea para evitarlo.

Pienso y tengo fe en una mejora en las nuevas generaciones, pero para ello es necesario un cambio en la sociedad, mentes con opinión propia y con dos dedos de frente que no se dejen manipular por ideas y creencias obsoletas. Aprendamos de los errores del pasado y empezemos por cambiarnos a uno mismo, tal y como dijo el gran Mahatma Gandhi  'Se el cambio que quieres ver en el mundo'.

¿Y tú que opinas?

Lucrecia González



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