Justamente hoy (15 de Diciembre) se inaugura en Perpiñán (Francia) la conexión entre Barcelona y la capital gala, entre los invitados a la ceremonia destacan la ministra de Fomento, Ana Pastor y el ministro delegado de transportes de Francia, Frédéric Cuivillier. También se estrenan hoy otras tres conexiones: la que unirá Madrid y Marsella en 7 horas, la que enlazará Barcelona y Toulouse en tres horas y la que comunicará la capital catalana con Lyon en 4 horas y 53 minutos.
El primer AVE directo de la línea Barcelona-París ha salido a las 9,20 y tiene previsto llegar a las 15,53 horas a la capital francesa, la llegada de este tren solidifica ya la conexión entre España y Francia. Esto sin duda revolucionará la economía catalana ya que actualmente el mercado de los desplazamientos entre España y Francia asciende a 82 millones de viajes anuales, de los que un 89% se hacen en vehículo privado, con lo que la puesta en marcha de estas conexiones de alta velocidad ejercerán una fuerte competencia sobre los otros tipos de transporte.
La oferta estrella de la nueva conexión ferroviaria entre España y Francia es el recorrido entre París y Barcelona en seis horas y 25 minutos, apenas entre cinco y quince minutos menos que el servicio que se ofrecía hasta ahora con cambio de tren en Figueras, y que pretende ser un argumento para convencer a algunos usuarios del avión, que con ese medio de transporte tardan de media más de cinco horas de centro a centro de las dos ciudades
La oferta de alta velocidad conectará 17 ciudades de ambos países gracias a la colaboración de las dos redes de alta velocidad más grandes de Europa; SNCF y Renfe. De momento, la comercialización de los billetes para esta línea ha arrancado con fuerza, dado que han vendido, desde el inicio de su comercialización, más 30.000 billetes para las nuevas líneas de tren que van a explotar en común los dos países. El viaje entre Barcelona y París cuesta entre 59 y 170 euros y será un viaje directo desde la estación de Barcelona Sants hasta la estación de Lyon en París, con paradas en Girona, Figueres, Perpiñán, Narbona, Montpellier, Nimes y Valence, mientras que el viaje entre Madrid y Marsella cuesta entre 89 euros y 171 euros.
Debido a la reciente noticia del descarrilamiento de un tren de alta velocidad en España, se han endurecido las medidas de seguridad: los AVE no han podido ser homologados para circular entre Lyon y París debido a la electrificación de la línea y lo mismo ocurre con los trenes entre Barcelona y Madrid, en ese caso por la señalización. Además, los convoyes franceses van a tener limitada por ese mismo tipo de razones técnicas su velocidad a 200 kilómetros por hora en el tramo Perpiñán-Barcelona. Esos mismos TGV recorren la línea de alta velocidad (LGV) entre París y Nimes a 300 kilómetros por hora. El gobierno francés ha pasado a dar prioridad a mejoras en la red actual, en lugar de hacer más kilómetros.
A mi parecer, la apertura de estas nuevas conexiones traerá consigo muchos aspectos positivos tales como la mejora de la economía debido a la conexión directa entre dos grandes ciudades o la reducción de emisión de CO2 ya que se empezará a dejar de emprender este trayecto por medios como el avión o el coche, que son propensos a emitir muchos gases de efecto invernadero. También valoro positivamente la prudencia que han adoptado las grandes empresas galas y españolas de trenes de alta velocidad con respecto a las medidas de prevención en estos transportes ya que anteponen la seguridad a la obtención de beneficios.
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